sábado, 28 de septiembre de 2013

QUIEN NO ARRIESGA, NO GANA



 
Ahora en España lo que necesitamos son ideas que sean revolucionarias, a la vez que innovadoras y originales, pero sobre todo que sean ideas emprendedoras con el fin de montar un negocio de éxito.

Ante la falta de trabajo por cuenta ajena, la gente debe animarse a emprender, a crear nuevos puestos de trabajo para ellos y por qué no, también para los demás. Y en definitiva, a ser feliz haciendo lo que más le guste, sacando al país de la interminable crisis en la que estamos insertos.

Dentro del grupo de emprendedores españoles, que día a día va creciendo gracias al esfuerzo y la creatividad he encontrado a dos que me han llamado especialmente la atención. Son Alberto y Pepita, una pareja que se ha atrevido a marcar la diferencia vendiendo kits para tejer a través de la Red.

Y se lo han tomado muy en serio, ya que los dos decidieron dejar sus respectivos trabajos en una multinacional para dedicarse a tiempo completo, al crecimiento de su nueva empresa que ha arrancado con una gran demanda consiguiendo vender más de 5.000 kits para tejer.

La idea ha sabido adaptarse a los tiempos que corren pues el producto no sólo ha sido creado para recibirlo en el domicilio con sólo pedirlo a través de Internet sino que la novedad de este negocio está en ofrecer también tutoriales para las personas que se inician en este arte de la costura, una idea tan innovadora que ha permitido a esta empresa creada por Alberto y Pepita sea reconocida también fuera de nuestras fronteras, a nivel internacional. De hecho un porcentaje de un 20% de las ventas de esta entidad y provienen sobre todo de países como Reino Unido y Alemania.

Este ejemplo muestra que la valentía es una cualidad que puede abrir muchas puertas hoy en día "quien no arriesga, no gana" y aunque dados los tiempos que corren, es evidente que arriesgar genera miedo, estos dos emprendedores han demostrado que es posible triunfar con ideas que no son especialmente innovadoras o de alto nivel tecnológico. Tampoco supone un cambio esencial en la vida de nadie, pero es una idea efectiva y con muchos consumidores potenciales.

Por tanto, no hace falta tener una idea tecnológicamente revolucionaria para emprender un negocio de éxito, a veces sólo es necesario fijarse y explorar el entorno, detectar una necesidad y poner los medios para satisfacerla.



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