domingo, 22 de septiembre de 2013

¿TIENE SENTIDO EMPRENDER?


La influencia del emprendimiento como actividad y opción vital ha sido destacable y continua ampliándose hacia lugares y sectores que era difícil imaginar hace unos años. China, Vietnam, los países del bloque del este, el sector no lucrativo, la enseñanza secundaria y de bachillerato. Es un fenómeno global que está contribuyendo a limar las diferencias y democratizar el mundo. Como campo de estudio, su interés es notable, prácticamente todas las universidades del mundo imparten asignaturas y desarrollan investigaciones sobre el emprendimiento. En la actualidad el emprendimiento se ha erigido como el nuevo paradigma de la gestión de empresas. Prácticamente todos los modelos de gestión de las empresas más importantes hoy en día tienen su origen en las prácticas de organizaciones emprendedoras que han sido fundadas en los últimos 40 años. Conceptos como organizaciones planas, innovación, gestión del cambio del caos, gestión basada en principios o en valores, gestión centrada en las personas o en los equipos que entre otros proceden del cambio del emprendimiento.

Por otro lado, su importancia social y económica es considerable, siendo objeto de debate en las políticas sociales y económicas a nivel nacional. Sirva como ejemplo su actividad en la creación de puestos de trabajo. Las iniciativas emprendedoras son generadoras de un porcentaje de empleo muy alto. En el mismo sentido podemos defender su capacidad para impulsar o crear movilidad económica y social. El origen de un emprendimiento es una oportunidad, y la recompensa que recibe el emprendedor es función de su talento y de su desempeño, independientemente de otras características como pueden ser la raza, género, clase social, religión u origen.

El emprendimiento faculta a las personas para perseguir y realizar sus sueños, fracasar e intentarlo otra vez y buscar oportunidades que se ajusten a quiénes son, quiénes quieren ser y cómo y dónde quieren vivir.

Durante los últimos 30 años, un buen número de emprendedores con edades cercanas a los 20 años han concebido, creado y desarrollado nuevas empresas que a su vez han dado lugar a nuevas industrias y entre estos ejemplos nos podemos encontrar con algunos que hemos visto en la presentación anterior, los fundadores de Microsoft, de Apple, de Google, de “Federal Spres”… Esta generación de emprendedores revolucionarios se ha convertido en los creadores y líderes de industrias enteras, no sólo de empresas excepcionales. Son estos emprendedores novatos, cuyas empresas de nueva creación se convierten en las empresas líderes en industrias nuevas que ellas han originado, y lo que es más, que no existían hace 50 años. Y son hoy por hoy los principales sectores de la economía.

Estas nuevas industrias han transformado la economía siguiendo el proceso de destrucción - creación articulado por “Josef Chumpeter”, desplazando y reemplazando a las industrias antiguas. Todo esto es la consecuencia de la esencia del proceso emprendedor que es el espíritu innovador.

Pero la experiencia nos dice que la clave no siempre está en crear algo novedoso y revolucionario, pero sí aportar productos o servicios demandados por el mercado. Aquí entra en juego la capacidad de innovación.

La innovación se define como el proceso de crear algo nuevo y son los emprendedores los responsables de la mayor parte de las innovaciones empresariales que se producen.
  
Pero ¿cuándo es el mejor momento para emprender?. Aquí os dejo un vídeo para reflexionar.



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